Cuando yo digo que la idea del virus -patógeno submicrospópico exógeno que asalta nuestras células haciéndose con el control de la misma para reproducirse y luego destruirla- es absurda, la mayoría de la gente piensa que me he vuelto tonto ¿Cómo voy a tirar por tierra de un plumazo toda una rama de la ciencia como la virología sin tener yo ni siquiera estudios en la materia? (Ver “Aclarando mis ideas - 02: virus”)
Tom Woods, que ha estudiado con detenimiento las estadísticas del Covid durante toda la plandemia, ha visto que da igual qué medidas se tomen contra el virus fantasma. Los resultados no correlacionan con las medidas adoptadas. Hoy nos cuenta en su NewsLetter que Michel Osterholm ha confesado:
“Estamos todavía en la era de las cavernas en términos de entender cómo surgen los virus, cómo se propagan, cómo empiezan y cómo terminan y por qué hacen lo que hacen”
Michael Osterholm, the former Biden COVID adviser who occasionally has something sensible to say, displayed the kind of humility I've been waiting for when he told Leonhardt: "We still are really in the cave ages in terms of understanding how viruses emerge, how they spread, how they start and stop, why they do what they do."
¡Vaya! Parece que Michel Osterholm, que sí ha estudiado un montón estas cosas, no está en mejores condiciones que yo ¡Qué cosas!
Tras leer sus declaraciones ¿no sería reazonable replantear el debate entre Pasteur y Bechamp acerca de la patogenicidad de eso que llamamos virus y que muchos biólogos llaman exosomas o vesículas extracelurares?
El paradójico comportamiento de este virus fantasma y el desconcierto del doctor Michel Osternholm se resuelven con la aceptación de la inexistencia del virus. Punto.