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  • Ludwig V. Burkes

Hopium: la anestesia para disidentes



La palabra inglesa “hopium”(1), tal y como la empela James Corbett, viene de “hope”, esperanza, y “opium”, opio. Y la traduzco al español como “esperopio” aunque no suene tan bien. El esperopio te da el alivio de la esperanza y la quietud de la droga. Te permite no hacer nada sin preocuparte por las consecuencias funestas de tu inacción.


James Corbett identifica al “esperopio” con el recurso dramático del “Deus Ex Machina”, ese 7º de caballería que aparece al final cuando la cosa parece ya perdida. Es un recurso fácil y vistoso, que me pregunto si no le debe su credibilidad a nuestra experiencia infantil de ver cómo nuestros padres nos terminaban sacando las castañas del fuego siempre que nos metíamos en líos, no sin la regañina de rigor que todo buen padre se siente en la obligación de echar en estas ocasiones.


Él explica el fenómeno con a la política reciente de los Estados Unidos, especialmente con las figuras de Obama(2), tras la crisis del 2008, y la de Donald Trump, tras el desastre de Obama. Con Donald Trump se riza el rizo del “Deus Ex Machina” recurriendo a un doblete de Dioses, ya que el primer Dios, Donald Trump, estaba a su vez en serios problemas. Para salvar al primer Dios aparece de los cielos el Dios “Q”, dando origen a todo un “movimiento” social denominado “Qanon”. Pongo entre comillas la palabra movimiento, porque, como bien explica James, el objetivo de Q es precisamente que la gente no se mueva. Para aquellos que no se defienden en inglés he subtitulado el documental de James Corbett al español y le recomiendo que lo vea, como siempre hago con todos sus vídeos.



Quienes quieran fastidiar a la humanidad en conjunto se enfrentan al problema de la aplastante superioridad numérica de ésta. Por poco aguerridos que seamos, desorganizados que estemos, somos millones por cada uno de ellos, por lo tanto, si quieren tener alguna posibilidad de éxito tienen que buscar por todos los medios inmovilizarnos, desactivarnos, aletargarnos. El esperopio es una magnífica táctica. Pero el esperopio no es más que un conjunto de ideas, y las ideas se pueden combatir con otras ideas. Para ello hay que identificarlas, ser conscientes de su naturaleza narcótica. ¿Pero cómo identificar el esperopio?


Independientemente de que quien suministra esperopio sea consciente o no de que lo está haciendo, que pretenda o no debilitar la resistencia inmovilizándonos, el esperopio se identifica fácilmente siempre que nos pidan que “no hagamos nada”.


La incitación al consumo de toda droga o sustancia perniciosa se lleva a cabo siempre mediante cadenas, y la mayoría de los eslabones de esas cadenas no son conscientes de que están siendo parte de la misma. La mayoría de los consumidores de tabaco o estupefacientes empiezan incitados por amigos y familiares. Lo mismo puede ocurrir con el hopium.


La primera vez que vi a José Luis Sevillano, en una sesión conjunta con otros héroes de la resistencia, lo puse verde en los comentarios porque hizo exactamente eso. Nos pidió que nos quedásemos quietos porque este problema lo iban a resolver los médicos de ambulatorios. Él decía, y creo que sinceramente así lo creía, que los médicos iban a hacer el mismo trabajo epidemiológico que tan magníficamente había hecho él, destapando así el origen ambiental del Covid-19. Yo me permití hacer el comentario de que si nuestra la salvación dependía de los médicos de la seguridad social, íbamos de culo y cuesta abajo, que con ese requerimiento de inacción por nuestra parte más parecía combatir en las filas enemigas que en nuestro bando. No sé si este comentario le llegó, pero por suerte, José Luis tardó poco en darse cuenta del percal y se unió a ese monstruo de la resistencia que es Ricardo Delgado, formando en mi opinión el tándem más efectivo de la disidencia.


Mi querida Pilar Baselga(4), pilar indiscutible de la disidencia, tiene muchas esperanzas puestas en esos misteriosos militares americanos que, según se dice, están ajusticiando a la cúpula satánica americana. A ella no le hace efecto el hopium pues no se queda quieta ni amarrada, pero al difundir esas ideas puede conseguir que mucha gente se quede enganchada al esperopio, rezando que nuestros militares se unan a los americanos.


Mi querido Colin Rivas estuvo mucho tiempo suministrando dosis bien despachadas de esperopio con el Tito Donald. A mí me tenía convencido, lo admito, pero ya hemos visto todos en lo que se ha quedado el mito de Trump. En nada.


Ninguno de los tres monstruos de la disidencia arriba mencionados me inspira la más mínima desconfianza. Sigo a los tres y, cada uno en su estilo, forman parte de los cimientos de la resistencia. Fuera de esta distopía, inimaginable hace dos años fuera del cine, sería muy, pero que muy improbable ver a los tres luchando juntos por un mismo objetivo. Esta tragedia está destrozando muchos tópicos y juntando a gente aparentemente imposibles de juntar.


Pero aquí tenemos que luchar todos sin esperar consignas ni directrices. Cada cual con las ideas y fuerzas que tenga. Cuando alguien le sugiera que se relaje porque esto ya está bajo control, saque el crucifijo y la ristra de ajos y, mostrándoselos, grite “vade retro Satana”.


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  1. El témino Hopium aparece en internet aplicado a diferentes cosas como por ejemplo un coche de hidrógeno (H).

  2. Los mismos que crean los sistemas bancario y comercial fraudulentos que nos llevan a la crisis del 2008, se inventan de la nada la figura del mesías Obama para tranquilizar a la gente y hacerle creer que todo se va a ocurrir. Cuando el truco deja de funcionar, se inventan un nuevo redentor con Trump. Así llevan desde hace mucho, mucho tiempo.

  3. En el sitio de James Corbett pueden consultar la transcripción del audio original en inglés con todas las fuentes en las que se ha basado: https://www.corbettreport.com/hopium/

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