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  • Ludwig V. Burkes

El fascismo está por todas partes.

Actualizado: 5 may 2022

Benito Mussolini debe estar perplejo en su baño de pez hirviente, allá por el octavo círculo dantesco, preguntándose por qué lo terminaron matando si todos, incluidos los llamados aliados, eran admiradores de sus ideas(1). Es fácil que busque algo de consuelo en la peregrina pero no descabellada explicación de que lo hicieron por envidia. Envidia de que él defendiera sus ideas a cara descubierta.


Pero ya, paladeando el sabor de la victoria por tantas décadas buscada, van despojándose de sus máscaras y mostrando al público su verdadero rostro. En este re-doblaje(2) de la escena de “No mires arriba” ponen en boca del astrónomo Randall Mindy (Leonardo DiCaprio) exactamente lo que quiero transmitir.



La prensa y los noticiarios están llenos de ejemplos que ponen a las claras esto. A las claras para el que quiera ver, como siempre. Veamos dos ejemplos suficientemente significativos:


Mark Slapinski es un bloguero canadiense y me da igual si es conocido o no fuera de Canadá. El caso es que hace años no se habría atrevido a decir las cosas que aquí dice: marcar a los antivacunas y sus viviendas; embarcarlos en vagones de ganado y llevarlos a campos de trabajo para segregarlos y explotarlos como esclavos. Es llamativo el recurso a la retórica e imaginería nazi: la solución final; vagones de ganado; sucios y repugnantes antivacunas.


Cualquiera que haya leído y pensado algo sobre persecuciones y opresiones de minorías sabrá que un factor común en todas ellas es la “cosificación del otro”. Solo se puede perseguir y presionar a una minoría con el consentimiento y ayuda de la mayoría y para ello nada mejor que hacer que la mayoría no vea a la minoría como personas. Así que si uno no quiere verse formando parte de una jauría acosando a cualquier grupo, por mucho que no esté de acuerdo con ellos, tiene que esforzarse en seguir viendo a los minoritarios como seres humanos.


Quiero pensar que no hay mucha gente que piense de mí como el señor Slapinski, para el que yo no soy más que un sucio y repugnante antivacunas. Creo que es conveniente ver y escuchar a antivacunas para vacunarse contra la tentación de cosificarlos.



No parece gente peligrosa o sin luces ¿verdad? Y si la vacuna de verdad nos protege a nosotros y nuestros niños de horrendas enfermedades ¿No deberían de ser estos padres amantes de sus hijos los primeros en defenderlas?


Abra los ojos y limpie sus oídos y verá como el fascismo está por todas partes: en los noticiarios, en los programas de variedades, en las declaraciones de los gobiernos, en las leyes, en el comportamiento de las instituciones, en los comentarios de la gente por la calle.

Como segundo ejemplo de esto pongo las declaraciones de Anthony Faucy quejándose de que la Justicia se meta en temas de salud pública. No creo que haya que comentar mucho al respecto.



Fíjese que no está solo cuestionando la decisión judicial, cosa siempre legítima por otra parte, sino el mero hecho de que la justicia se inmiscuya en sus asuntos. Para él hay asuntos que están al margen del poder judicial. Si uno no ve a un fascista aquí, no lo va a ver nunca.


El nacismo alemán, el fascismo italiano, el comunismo soviético, el chino, el cubano, y todos los demás regímenes totalitarios y dictatoriales se han montado con la inestimable ayuda de esa inmensa mayoría de gente normal que prefería acostumbrarse a las incomodidades de los nuevos tiempos para conservar su trabajo. La gran pregunta es ¿conservar el trabajo para qué? ¿Para adquirir o mantener propiedades? ¿Para pagarle una formación a tus hijos? ¿Para poder viajar? Todo sería entendible si a estas alturas no supiéramos muchos que nada de eso va a estar en nuestras manos si dejamos que la Agenda 2030, defendida por todos los partidos y poderes del estado, llegue a implementarse(3).


Estamos sufriendo y peleando por conservar nuestro patito flotador cuando lo que se nos viene en lo alto es un tsunami como una montaña. ¡Buen baño!


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  1. Entre los admiradores declarados del discurso de Mussolini estaba gente como Franklin D. Roosevelt, presidente “vitalicio” de los EEUU, que compartía con el Duce y el Führer muchas ideas sobre cómo llevar para adelante la sociedad. Los estudiosos del tema suelen aclarar que el americano compartía todo con los dictadores europeos salvo su belicismo, pero eso no es verdad. Roosevelt demostró sus ansias de guerra tanto en la 1ª Guerra Mundial, como jefe de la marina americana, como en la 2ª Guerra Mundial como presidente. En ambos casos se desvivió por conseguir que EEUU entrara en ambas guerras. Eso sí, tenía que parecer por todos los medios que la culpa era del otro, y en eso los anglosajones son verdaderos artistas.

  2. En la película, el astrónomo no habla por supuesto del fascismo sino de la inminente destrucción del mundo por el asteroide que se aproxima. La escena es para mi gusto de lo mejor de la película y merece verla en inglés para apreciar la calidad interpretativa de Di Caprio. ¡Qué daría uno ver gente hablando así en televisión! Leonardo DiCaprio - Rage & Anger Scene From Movie - Don't Look Up

  3. Por esto ya han pasado mucha gente antes. Quizás sea un buen momento para volver a ver, si es que ya la ha visto, la película “Doctor Zhivago” y ver cómo la gente perdía sus casas, sus fincas. Para familiarizarse con la Agenda 2030 puede ir a mis entradas “¿Qué es Desarrollo Sostenible? ¿Y la Agenda 2030?” y “Plandópolis o el infierno en el 2030”.

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