top of page
Buscar

Soluciones individuales siempre antes que colectivas

Actualizado: 14 ago 2020

Ya he contado antes la pesadilla que era para mí de niño la noche por el miedo (“Aquellas marivillosas sábanas”). Lo malo es que cuando dejé de tener miedo apareció otra tortura que me ha perseguido hasta hace pocos años: el ruido. Bueno, el ruido y mi intolerancia al mismo, claro. Siempre he sido tremendamente quisquilloso con los ruidos y esto me ha causado a lo largo de la vida muchos problemas. Era raro la noche en que no me cabrease por este motivo, incluso cuando vivía en el campo. Mi desesperación venía de la convicción de que el causante del problema siempre era otro y me empeñaba con pueril obstinación en soñar con alterar la conducta del resto del universo.

Un día hablando de esto con mi hermana Maripaz, que sufre algo parecido, quizás peor, me dijo que ella resolvió el problema usando tapones para los oídos. Lo probé y ¡voilá! Funcionó. Desde entonces no me entero de los cuatro o cinco camiones de basura que pasan cada noche, ni de los borrachos que vuelven a casa a las tantas, ni de nada. Maravilla de las maravillas. Fácil y barato.

Ahora parece ser que soy yo el causante del miedo de los demás por mi negación a usar tapabocas. Me niego por razones prácticas, higiénicas y, sobre todo, por principio. No hay nada que me diga que sería mejor que los usase. Es raro el día en que no observe con lástima a personas adultas huyendo de mi lado al ver que tengo la boca destapada. Ellos sin duda desearán que vengan los matones de la autoridad y me obliguen a taparme la boca resolviendo el problema que solo su miedo les genera. Pero hay una solución mucho más fácil y satisfactoria para todos. ¡Pónganse dos barbijos! Con eso tendrían el mismo nivel (yo diría que incluso mayor) de protección y no tendrían que enemistarse con la gente como yo que luchamos por la libertad, que digo libertad, por la vida de todos nosotros, incluido los barbijeros.

Si un problema lo puede resolver usted solo ¿dónde está el problema?

42 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

El teatro macabro de los bandos enfrentados.

¡Qué lejos me parecen aquellos tiempos en los que creía que vivíamos en el mejor de los mundos posibles! ¡Y pensar que yo ridiculizaba a aquellos que veían conspiraciones por todas partes! Lo ridículo

Publicar: Blog2_Post
bottom of page