… que de las malas ya me ocupo yo mismo.
Leyendo el prefacio durante el desayuno del recién adquirido libro "The Myth of Mental Illness: Foundations of a Theory of Personal Conduct " de Thomas Szasz, me topo con esta cita de Daniel Webster:
"Good intentions will always be pleaded for every assumption of authority. It is hardly too strong to say that the Constitution was made to guard the people against the dangers of good intentions.”
“Cada vez que se reclame autoridad sobre los demás se alegarán buenas intenciones. No es demasiado forzado decir que la Constitución se creó para proteger a la gente de los peligros de las buenas intenciones.”
Como sabéis, en la actualidad el Parlamento de España, y quizás todos los parlamentos del mundo, está aprobando, a instancias del Gobierno, leyes claramente anticonstitucionales y contrarias a los tratados internacionales, tratados que tienen un rango superior a las propias constituciones nacionales. Leyes supuestamente dirigidas a velar por nuestra salud.
A parte del hecho de que los impulsores de dichas leyes son defensores de la doctrina de la “superpoblación del planeta”, y por tanto, seguidores de las políticas de despoblación del mundo, cosa que no cuadra muy bien con una supuesta preocupación por evitar muertes de seres humanos, incluso presuponiendo buenas intenciones, la más elemental prudencia nos debería de haber puesto en pie de guerra contra estas violaciones de derechos fundamentales recogidos en nuestra constitución, tal y como nos aconseja Daniel Webster.
Como ya todo el mundo debería saber, los caminos del infierno se pavimentan de buenas intenciones y el combustible que queman sus calderas se destila de las perversiones disfrazadas de buenas intenciones.