top of page
Buscar
  • Ludwig V. Burkes

¿Resetear a lo grande... qué?

Imagino que a estas alturas de la película habrá oído hablar del "Great Reset" (el gran reseteo, en cristiano). Si no es así es que está usted más despistado que un submarino atómico en la Pila del Pato(1), y con casi toda seguridad creerá que este show del coronatimo es un asunto de salud pública. Pero incluso si sí ha oído hablar de él, también es posible que lo tenga como una más de esas "teorías conspirativas" indignas de la atención de una persona sensata. En ambos casos, le aconsejaría documentarse algo más, porque sí que es una conspiración pero no inventada, sino real y nada oculta, y nos va mucho en ella. Vaya a las sitios del Fondo Monetario Internacional y podrá obtener información en abundancia. El principal promotor de esta idea, Klaus Schwab, un doctor Ingeniero que parece salido de una película de Peter Sellers(2), es autor de varios libros a cada cual más preocupante. Verá usted que uno de ellos es "COVID-19: The Great Reset".

Según estos psicópatas "el sistema económico está agotado", no se sostiene más y hay que proceder a un gran "borrón y cuenta nueva" (eso es resetear en román paladino) aprovechando la gran oportunidad que brinda está catástrofe de la pandemia. No quiero entrar aquí en profundidad en si es o no conveniente el sistema que proponen, de lo que se ocupa ya mucha gente, pero resaltaré que lo vamos a perder todo, pero eso sí, seremos mucho más felices. Ni Lenin ni Mao se atrevieron a tanto y ambos disfrazaron el expolio como una colectivización de toda propiedad. Todo iba a ser de todos, decían.

Ni siquiera quiero hablar sobre si es necesario o no cambiar algo del actual sistema. Si me conocen sabrán que si por mí fuera, cambiaría todo, pero de un modo completamente distinto al que suelen pensar la inmensa mayoría de la gente.

Desde luego, no veo que una pandemia mortífera, mucho menos inventada como es ésta, tenga nada que ver con la viabilidad del sistema económico. Calamidades de estas han ocurrido baja muy diferentes formas de organización humana y no veo cómo se puede ver afectao un agente patógeno natural por las leyes comerciales, el sistema monetario, fiscal, etc. De hecho, en teoría, en estos momentos coexisten diferentes "sistemas económicos" en el planeta y el supuesto virus no parece percatarse de ello, según cuentan los voceros del poder.


Yo quiero ir mucho más profundo que todo eso. Quiero ir a la raíz del tema: ¿existen de verdad diferentes sistemas económicos? ¿Ha cambiado a lo largo de la historia el "paradigma económico" de los hombres? Yo defiendo que no. Las relaciones económicas del hombre han sido siempre las mismas, al menos desde que el hombre intercambia cosas entre sí.

Creo recordar que fue Schumpeter(3) quien pensaba que la economía trata del conjunto de relaciones humanas libres, mutuamente consentidas, mientras que la política va sobre la forma en que unos pocos coaccionan a los demás. Me da igual si fue Schumpeter o no quien formulara este pensamiento pero esa es mi manera de ver las relaciones entre personas. Las relaciones económicas son aquellas en las que ambas partes salen ganando con respecto a sus respectivas situaciones de partida, mientras que la política trata sobre las imposiciones y extorsiones que un grupo de personas ejercen sobre los demás para beneficio de los primeros y perjuicio de los segundos.

Tal y como yo entiendo la cosa, para que haya intercambio mutuamente consentido entre dos o más partes se deben dar, y basta con que se den, unas pocas condiciones mínimas:

  • Respeto por la propiedad privada;

  • Confianza mutua;

  • Capacidad de represalia en caso de fraude;

y poco más. Así es como funciona la economía siempre y en todas partes. Párese a pensar en los comerciantes marítimos de la antigüedad (fenicios, griegos, chinos) que trasportaban mercancías muy valiosas entres mundos muy dispares y alejados entre sí, sin la maraña de organismos reguladores actuales, ni la vigilancia policial presente en nuestros mares y costas por todo el mundo. En la Rusia y China comunista jamás dejó de existir el mercado, mal llamado negro, y las "normas" de conducta son siempre las mismas. ¿Cuántas veces se ha parado a leer las cláusulas de los contratos de compraventa que hace a diario por internet? Si es como yo, nunca. ¿Se preocupa de refrescar sus conocimientos en derecho mercantil cuando va al supermercado a comprar? Pues claro que no. Si alguna vez tiene la necesidad de prestar atención a estas cosas, casi seguro que es porque le han estafado, con lo que ya no es un problema económico sino penal y está usted buscando la manera de tomar represalias dentro de la maraña normativa.

¿Qué tiene que ver esto con una pandemia? ¿Qué tiene que ver esto con el sistema monetario? ¿Qué tiene que ver esto con el sistema bancario? Nada. La economía va otro camino. Si algo cambia no es la economía, es la política. Pero nos dicen que el sistema económico está agotado y hay que cambiar de paradigma. ¿Cómo puede agotarse un modo de relación entre humanos?

Reflexionemos un poco sobre esta frase - "el sistema económico está agotado". El lenguaje, al igual que el papel, lo soporta todo. Enunciar una proposición gramatical y sintácticamente correctas no garantiza la existencia, mucho menos la verdad, de lo dicho. Yo puedo decir que "el minotauro pisó a la grifa dejándola preñada", pero no puedo esperar que eso ocurra. Incluso puedo crear una imagen mental, o gráfica, de esa frase. Pero ni existen los minotauros, ni existen las grifas, y de existir no se aparearían, y mucho menos darían fruto. Estoy harto de escuchar a "expertos" decir sandeces como la de que el sistema económico está agotado. Explique por favor a qué se refiere con el sistema económico. El agua, el vino, el tiempo que tenemos pueden agotarse, pero un sistema, sea lo que sea, no. ¿Qué es lo que realmente quieren decir? Cuando se piensa se ve que no quieren decir nada. Solo quieren transmitir la sensación de que saben qué es lo que está pasando. Esto es así en todas las ramas de saber humano. La mayoría de las veces, los expertos no son más que charlatanes con pintas.

Lo que varía de un lugar a otro y de un tiempo a otro es el sistema político. Las leyes, los tratados, son partes de la política, y por lo tanto todo lo regulado por ellos. La moneda, el sistema bancario, las normas de importación y exportación, la regulación del transporte, todo es política.

La economía por descontado que se ve influida por las condiciones ambientales, geográficas y humanas. No es lo mismo vivir en un desierto cálido que en el Ártico, en las montañas o en el valle del Nilo. No es lo mismo vivir entre gente con muchas carencias que entre gente opulenta. No es lo mismo vivir en un ambiente con mucha libertad y respeto mutuo que vivir baja una férrea tiranía. Pero nada de esto cambia las reglas del juego, solo cambia, y mucho, las escalas de valores, los grados de confianza o desconfianza, la severidad de los castigos. El hurto de un pellejo de agua en medio del Sájara no se trata de la misma manera que a orillas del Éufrates.

Sin embargo, los dueños del mundo y sus secuaces, no hacen más que decirnos que el sistema económico está agotado. Lo que se está agotando es la capacidad del sistema bancario y monetario de succionar la riqueza de la gente hacia las arcas de estos psicópatas. El sistema bancario, y lo que llamamos hoy en día dinero, son dos estafas monumentales que una vez que se comprenden, cuesta mucho trabajo creer que se hayan podido implementar. Para entender bien esto recomiendo la lectura de autores como Murray N. Rothbard, Jesús Huerta de Soto, Juan Ramón Rallo. Como introducción suave es muy recomendable ver la película "El Concursante".

También parece agotada la paciencia de los Hijos de Satanás por ver materializado el sueño de sus ancestros de dominar el mundo por completo, limpiándolo de gente indeseable, sucia, ruidosa. La primera generación de estos iluminados que dispone de tecnología suficiente para llevar a cabo esta gran operación de limpieza está llegando al final de sus días, y no parece dispuesta a irse sin ver con sus propios ojos el resultado de un plan tan brillantemente llevado a cabo durante tantas décadas. Siglos casi, se podría decir.

En verdad es hora del Gran Reseteo, pero no el que estos Hijos de la Gran Puta nos venden. Hay que resetear nuestra creencia de que necesitamos gobiernos que nos gobiernen y ejércitos que nos defiendan. Tenemos que comprender que la única gran amenaza humana viene de la concentración de poder en manos de unos pocos y esto es precisamente lo que hacen los gobiernos. Sin gobiernos, por ejemplo, funcionaría el mejor sistema de equilibrado de la sociedad: el copieteo. Siempre que alguien destacase notoriamente sobre los demás, muchos le copiarían y evitarían que el primero monte un imperio. Sin gobierno no habría grandes corporaciones multinacionales. No habría industria de armamento militar y por lo tanto, no habría portaaviones, aviones de guerra, submarinos, misiles nucleares, tanques, etc. Habría pistolas, escopetas y fusiles, pero estos estarían al alcance de cualquiera con lo que no daría ventajas a nadie sobre nadie. La gente podría defenderse sola.

Sin gobiernos no habría laboratorios creando virus y modificando genéticamente seres que luego se vuelven contra nosotros.

Es hora de deshacernos de estos parásitos pero, al igual que las mujeres maltratadas, preferiremos lo malo conocido a lo bueno por conocer, porque, después de todo, "en el fondo él me quiere".


(1) Conocida, entre los sevillanos, fuente de la plaza de San Leandro en el centro de Sevilla.

(2) Solo que en vez de risa da mucha grima.

(3) Lo poquísimo que sé, si es que sé algo, de Schumpeter es a través de Murray N. Rothbard.

26 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

El teatro macabro de los bandos enfrentados.

¡Qué lejos me parecen aquellos tiempos en los que creía que vivíamos en el mejor de los mundos posibles! ¡Y pensar que yo ridiculizaba a aquellos que veían conspiraciones por todas partes! Lo ridículo

Publicar: Blog2_Post
bottom of page