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  • Ludwig V. Burkes

Mi respeto por un valiente y honesto

Actualizado: 14 feb 2022

Dr. Joan-Ramon Laporte Roselló, un peso pesado de la vigilancia farmacológica comparece en la Comisión Investigación Plan de Vacunación en España del Parlamento Español a petición de Podemos. Su intervención no tiene desperdicio, aunque en el turno de respuestas a las preguntas de los parlamentarios pinchó en hueso un par de veces. Por su bien, le sugiero que la vea íntegra.




Antes de entrar en el contenido de la comparecencia quiero resaltar que YouTube la haya censurado. Se trata de un acto oficial en el Parlamento Español. Si usted no se pone nervioso ante tamaña afrenta contra el derecho a la información y la libertad de expresión me temo que es usted irrecuperable para la causa de la libertad y la justicia. Youtube, una empresa teóricamente privada, se erige como juez del poder legislativo de España, decidiendo qué se puede y qué no se puede mostrar al populacho.


Primero quiero llamar la atención sobre dos puntos aparentemente no muy importantes, pero que en verdad sí lo son, al menos para mí: el primero es que este hombre, bien versado en cuestiones epidemiológicas, lo primero que haga es quitarse el ridículo bozal que tenía puesto; el segundo es que en la comisión solo haya tres parlamentarias.


Yo llevo cuatro meses y pico sin empleo ni sueldo por negarme a llevar bozal en mis clases así que perdóneme que le preste atención a estos detalles. Si el bozal fuera importante, sirviera para algo ¿no cree que este hombre se cuidaría mucho de llevarlo puesto?


El absentismo de los parlamentarios muestra una vez más cómo estos supuestos representantes del pueblo se ríen de nosotros sin tapujos. A los votantes del PP y de Vox les preguntaría que dónde estaban sus representantes. Se ve que a la supuesta derecha española le interesa muy poco el seguimiento de la intoxicación, perdón, inoculación masiva que se está haciendo en nuestro país: los costes y la más que posible malversación de fondos públicos; lo novedoso y masivo y, por tanto, más que probable causa de catástrofe sanitaria. Pero estos temas son pecata minuta ¿verdad?


Centrándome en el tema de la comparecencia diré que este señor tiene un currículo impresionante (para el que aún se impresione con los currículos, claro) y que dudo que haya en España muchos mejor capacitados que él para hablar de este tema.


De lo que no hay duda es que tiene huevos y es honesto, y eso es más que suficiente para ganarse mi respeto. Estoy seguro de que es honesto porque esta intervención no le va a ayudar en nada en su vida. Posiblemente le cierre muchas puertas a partir de ahora, aunque a su edad, eso puede ser una bendición.


Este hombre tiene claro que esto es un experimento, jamás antes intentado, que se está haciendo con toda la población mundial. Bueno, corrijo: con todo el 99% de los curritos de base de este mundo porque dudo mucho que la casta dominante se esté metiendo ese tóxico en sus venas. Yo llevo alucinando dos años viendo cómo la gente acepta sin pestañear que se haga “un experimento”, no ya sobre seres humanos, sino sobre toda la humanidad. ¿Dónde quedó aquello de “los experimentos con gaseosa”? Cualquier ganadero se negaría a que todas sus reses fueran inyectadas con una sustancia experimental por muy bien que se la vendieran. ¡Cómo dejamos que esto se lo inyecten a todo el mundo, niños, embarazadas, enfermos y viejos incluidos! Es demencial. Yo diría que en este tema estaríamos todavía en la primera etapa de la “Ventana de Overton”, en la que lo impensable se quiere transformar en radical, pero a juzgar por lo visto, se está entrando en la quinta y última etapa en la que la idea se hace política, se hace ley.


Pero incluso este hombre termina diciendo que solo debería inyectarse la pócima a los inmunodeprimidos. ¿Mande? Eso va contra toda la lógica de la teoría de las vacunas, que yo cada vez comparto menos. Se supone que uno introduce el patógeno debilitado en un cuerpo sano, para que su robusto sistema inmunológico se entrene peleándose con el germen que, aunque ya grogui, puede aún crearnos problemas. Pero si su sistema está ya pachucho, puede que el mero gesto de ponerse los guantes y saltar al ring le deje fuera de combate. En cualquier caso, cuando un médico receta un medicamento, procura ver si el paciente no tiene otras enfermedades. Él mismo expone al final que una gran parte de los medicamentos que se suministran a nuestros ancianos son claramente iatrogénicos. Causan, mira por donde, neumonías. Esto que acabo de decir, por sí mismo debería de ponernos en pie de guerra, pero la gente lo escucha como si de la noticia de un asesinato en Shanghai se tratase.


Es refrescante ver a alguien tan bien posicionado en el sistema poner a la FarMafia en su sitio. Desde el comienzo de todo esto, la doctora Karina Acevedo Whitehouse nos demostró, usando los datos de por sí amañados de las farmacéuticas, que la eficacia absoluta de las vacunas estaba por debajo del 1%, no sobre el 95% como decían los fabricantes, lo que le valió todo tipo de críticas y reprimendas. Nuestro querido Joan-Ramon nos lo confirma en esta comparecencia. No es el único.


Según Laporte, los datos recogidos por los sistemas de vigilancia farmocológica son preocupantes pero mucho más preocupante es que no se les suministre a los diputados de la comisión, especialmente cuando se está empezando a vacunar a los niños. Para los que crean en el estatismo, les animo a que reflexionen sobre esta comisión y las palabras del experto. Este es el nivel con el que se tratan los temas más importantes de nuestra convivencia por aquellos encargados de legislar nuestras vidas y, supuestamente, controlar al gobierno.


Para Joan-Ramon está claro que no son vacunas, que es un experimento global, que los ensayos clínicos estaban mal diseñados, que todo es un fraude (Phizergate), que son como los crecepelos. Nos dice que las agencias paquidérmicas no han reaccionado a tiempo, que han prevalecido la burocracia y los procedimientos sobre la ciencia, el sentido común y la atención a las incertidumbres inherentes al experimento global emprendido.


Nuevamente, habla de un experimento con la inmensa mayoría de los seres humanos como algo normal que no ha salido bien por culpa de la privatización de la asistencia sanitaria. No, Joan-Ramon, un experimento con seres humanos es una aberración. Con la humanidad asustaría al mismo Satanás. Pero si cree que esto es resultado de la privatización le animo a que se interese por la historia del partido comunista chino desde su fundación a nuestros días. Le aseguro que se le van a poner los pelos de punta. Cualquier brutalidad que su sensibilidad le deje imaginar ha sido puesta en práctica por el Estado chino. Pero le recuerdo también que los crímenes de la Alemania Nazi, la Unión Soviética comunista, la Italia fascista, la Camboya comunista, y tantos otros casos, fueron todos cometidos por el Estado, sin intervención privada alguna.


Me encanta ver a un experto reconociendo que el sistema nacional de salud no es un productor de conocimiento, sino que es un mero receptor pasivo de mensajes comerciales, un comprador ignorante de tecnología que a menudo paga humo a precio de oro. Que la agencia europea conchabada con ciertos científicos les suministra datos para medro de éstos. Le recuerdo que la sanidad española ha sido considerada por casi todos los españoles de las mejores del mundo hasta el mismo comienzo de la plandemia, pero lo que este hombre describe lleva ocurriendo muchos años.


El habla de iatrogenia pura en los asilos pero no menciona la que se está llevando a cabo en los hospitales con los protocolos Covid, especialmente aplicados a viejos, gordos, enfermos y no vacunados. Él quiere arreglar la cosa con el Estado puro, al más puro estilo comunista. Desde luego que el sistema actual no es bueno, pero no es un sistema privado sino más bien corporativista, la connivencia del Estado con las grandes empresas, que no es sino puro fascismo, tan admirado por la clase dominante e intelectual de los años 30, incluyendo a personajes como Franklin D. Roosevelt o Beltran Russell. Le animo a que se informe sobre el neofeudalismo al que nos quieren llevar estos iluminados con el Gran Reseteo.


La diputada de Más Madrid da la sensación de que no sabe muy bien qué preguntar. Termina pidiéndole que valore la gran cantidad de recursos públicos puestos en manos de las farmacéuticas para el proceso de vacunación. Para el experto está claro el papel fraudulento de las farmacéuticas en todo este engaño. Yo me pregunto pues ¿Cuándo empezó todo este engaño? ¿Ahora con el Covid o hace más de un siglo, cuando las empresas químicas fabricantes de venenos y armas químicas se reconvirtieron en farmacéuticas? Sí, muchas de las grandes empresas farmacéuticas hicieron fortuna desarrollando los gases que mataron o dejaron lisiados de por vida a tantísimos jóvenes en la Francia de la Primera Guerra Mundial. Si un sádico asesino le dice que ha desarrollado un remedio para sus males ¿Usted se lo compraría? Yo desde luego que no ¿No habría que hacer una profunda revisión de todo lo relacionado con la medicina alopática, tan controlada por esa industria farmacéutica criminal? Porque imagino que sabrá que la FarMafia hace tiempo que rediseñó todo el mundo de la formación médica: limitando la formación a las facultades de medicina, rediseñando los planes de estudios de medicina, controlando a los colegios profesionales de médicos, financiando la formación contínua de los profesionales de medicina, financiando las revistas de investigación, y hasta controlando a la OMS. Y cuando hablo de criminal no es solo mi opinión. Entérese de cuántas veces y por cuánto dinero han sido condenadas las empresas farmacéuticas por los tribunales de todo el mundo, a pesar del fuerte control que ejerce sobre los poderes de todos los países.


La diputada de Unidas Podemos nos dice que en el ensayo, las vacunas no habían salvado vidas, pero en la práctica sí. Parece evidente, dice ¿Por qué? Evidencia y parecer son como el agua y el aceite: cuesta mucho trabajo mezclarlas.


Por último interviene la diputada socialista en su papel de comisaria del Gran Inquisidor. Ya es irritante ver cómo un supuesto representante del pueblo con la misión de controlar al gobierno, no hace más que alabarlo y defenderlo. La diputada adopta el papel de supervisora, instruyendo y aleccionando al testigo, cuando se debería limitar a tomar nota de lo que dice y aprender de él. Para eso se le llama, para que ilumine a sus señorías. Ella da por hecho que las vacunas han funcionado, cuando eso es lo que se está investigando.


No quiero dejar pasar la oportunidad de llamar la atención sobre el hecho de que siempre que el Estado quiere imponer algo a sus súbditos lo vende como un derecho. Todos tenemos el derecho a vacunarnos, luego vacunarse es algo bueno, luego sería deseable que fuera obligatorio. Nuevamente, la ventana de Overton en funcionamiento. Una vez que se quite de la lista de pecados el suicidio, todos tendremos derecho a suicidarnos y con el tiempo nos obligarán a quitarnos la vida.


Es indignante cómo presenta como evidencia lo que tiene toda la pinta de ser falso, a tenor de los datos que se conocen. Es evidente, dice, que los vacunados están escapando mucho mejor que los no vacunados. Como bien explica Laporte, lo evidente debe verse con facilidad por todo el mundo, y yo no lo veo por ninguna parte. Finalmente, tratando de parecer que está allí para aprender, hace como que le va a preguntar pero no lo llega a hacer, porque ese no es su papel. Ella no está allí para aprender sino para controlar.


Cuando dije al comienzo que en el turno de réplica el compareciente pinchó en hueso me refería a que Joan-Ramon se declara pro-vacuna, incluyendo a la “vacuna del Covid”. Es difícil de entender esta falta de coherencia aunque no imposible. Lo primero que ha dejado claro en su exposición es que esto no es una vacuna. Luego se ha explayado hablando de los efectos nocivos que tienen, los cuales no están siendo recogidos por el sistema de farmacovigilancia, y aun así, se declara a favor de que todo el mundo sea pinchado con dos, o incluso más, dosis. Eso sí, tres o cuatro sería tecnoidolatría. Pero más de dos dosis, que él ve razonable en algunos casos, son tres o cuatro. Que me lo explique. Esta parte de su intervención no ha podido estar más floja. Da toda la impresión de que ha captado el mensaje subliminar de la diputada Socialista y ha intentado recoger velas sin perder los calzones.


En cualquier caso me quedo con su mensaje original y le estoy tremendamente agradecido por ir al Congreso a que le partan la cara en defensa de sus convicciones. Me conmvió contemplar su cara cuando la socialista soltaba su verborrea oficialista (minuto 41:50, por ejemplo). Quiero ver en sus ojos una mezcla de desprecio y temor. Desprecio por las simplezas y sinsentidos que soltaba por la boca la persona que le hablaba, temor por la maquinaria terrorífica que la respalda. Echar por tierra lo que esa señora le decía le hubiera costado muy poco trabajo, pero tendría que enfrentarse al Leviatán que ella representa. Le deseo lo mejor. Suerte Joan-Ramon.

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