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  • Ludwig V. Burkes

Las maravillas del dióxido de cloro. La resaca.

Allá por los 17 años me enteré por mi hermano Antonio, que para entonces creo que estudiaba medicina, que si uno antes de acostarse borracho se toma una aspirina, al levantarse no sufre la odiosa resaca. Esto lo llevo practicando desde entonces con magníficos resultados, si bien al final sustituí la aspirina por el paracetamol. Las pocas veces que por carecer de pastillas o caer redondo sin acordarme del remedio pude comprobar lo efectivo de la medida.

Ya hace años que si bien el dolor de cabeza sí que me lo quitaba, con la sensación de no poder con mi alma no había tu tía, y tras una buena cogorza siempre venían un par de días improductivos de mera supervivencia. Es uno de los indicadores claros de la vejez ¿qué se le va a hacer?

Con esto de la plandemia “vírica” (el envenenamiento masivo, fundamentalmente mediante jeringazos, y la contaminación electromagnética global, especialmente con la 5G, son muy, pero que muy reales), además de descubrir al dióxido de cloro o CDS, he despertado del embrujo farmacéutico y, consecuentemente, he decidido minimizar la ingesta de productos boticarios, así que adiós al paracetamol resaquero.

La nueva política la inauguré hace poco en Granada con mi querido amigo Rafa donde cogí una buena borrachera. Para mi sorpresa, a la mañana siguiente seguía siendo persona. Entonces no lo asocié con el CDS aun.

Ayer volví a darme un tratamiento etílico anti-óxido de grafeno con mis queridos Paco y Paz, cuñado y hermana, si bien no de la intensidad del previo granadino. Esta mañana me he levantado con una ligera sensación de pesadez. Me he zampado mi tostada reglamentaria de carne mechada, y me he montado en mi bici. Pensé dar un paseo ligero, pero mira que me sorprendo a mí mismo poniendo mis piernas a todo gas a la vera de la dársena del Gualdalquivir desde el puente de San Telmo hasta el puente del Jaramillo. El resultado es que aquí estoy, con la cabeza y el cuerpo en plenas facultades. Para mí no cabe duda que esto es fruto de la limpieza que el CDS ha hecho del fangal en que se había convertido mi cerebro.

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