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  • Ludwig V. Burkes

La cagada de Popper.

Leyendo el libro “The Illusion of Evidence-Based Medicine: Exposing the crisis of credibility in clinical research”(1) me topo con esta cita del filósofo Karl Popper sacada de su libro “The Poverty of Historicism”:


"¿Cómo podríamos detener el progreso científico e industrial? Cerrando o controlando laboratorios de investigación, suprimiendo o controlando publicaciones periódicas científicas y otros medios de discusión, suprimiendo congresos y conferencias científicos, suprimiendo universidades y otras escuelas, suprimiendo los libros, la imprenta, la escritura y, en definitiva, el hablar. Todas estas cosas que de hecho pueden ser suprimidas (o controladas) son instituciones sociales. El lenguaje es una institución social sin la cual el progreso científico es impensable, ya que sin él no puede haber ni ciencia ni una tradición creciente y progresiva. La escritura es una institución social, al igual que las demás organizaciones para la impresión y publicación y todos los demás instrumentos institucionales del método científico. El método científico en sí tiene aspectos sociales. La ciencia, y más especialmente el progreso científico, son el resultado no de esfuerzos aislados sino de la libre competencia del pensamiento. Porque la ciencia necesita más competencia entre hipótesis y pruebas cada vez más rigurosas. Y las hipótesis en competencia necesitan una representación personal, por así decirlo: necesitan defensores, necesitan un jurado e incluso un público. Esta representación personal debe estar organizada institucionalmente si queremos asegurarnos de que funcione. Y estas instituciones tienen que ser pagadas y protegidas por la ley. En última instancia, el progreso depende en gran medida de factores políticos; sobre las instituciones políticas que salvaguardan la libertad de pensamiento: sobre la democracia.”(2)


Todo le parecerá al lector muy sensato y bien traído, pero para un anarquista como yo, el colofón de la parrafada no puede ser más desmoralizante. El libro donde encuentro esta cita de Popper defiende que la Industria Farmafiosa falsea, a veces con resultados trágicos, los resultados de los ensayos de medicamentos, controlando con su poderío económico todos los resortes de la supuesta investigación médica: académicos, revistas especializadas, médicos en general, etc. Si no desea leer el libro y puede entender el inglés, le recomiendo este vídeo de uno de los autores hablando sobre su libro…



Popper, como casi todo el mundo, cae en la trampa de creer que existe un ente sobrehumano (el Estado) capaz de controlar a la FarMafia. Sin embargo, los gobiernos y partidos políticos son tan, o más, controlables que el resto de la sociedad, de manera que pedir que esos poderes sujeten a los farmafiosos es como esperar que el pirómano apegue el fuego.


Si esto es así ¿qué nos queda? Pues, como siempre, “La Libertad”. ¿Por qué las FarMafiosas son tan poderosas? Porque existe un poder coactivo que nos obliga a consumir sus productos. Obliga a nuestros médicos a aprender sus mentiras. Nos quita nuestro dinero para implemetar su sistema haciendo cualquier otra solución inviable. Para ilustrar esto podría ser interesante ver el vídeo…



En un mundo libre, sin patentes, sin estructuras globales que nos gestionen todos los aspectos de nuestra vida (la salud incluida, por supuesto), nada de lo que pasa tendría sentido. Como está quedando en evidencia, la mayor parte de nuestros males surgen de la existencia de ese mismo poder. Sin el Estado, que nos obligue a consumir productos alimenticios, médicos, etc., la mayoría de las enfermedades serían marginales. Sé que suena ingenuo lo que digo, pero también sé que le suena así porque no hace el esfuerzo de imaginar un mundo completamente libre. Cuando nos imaginamos un mundo igual al actual pero con una determinada cosa liberalizada, es fácil llegar a la conclusión de que esa cosa no funcionaría, y con razón. La libertad ha de ser plena para que florezca.


Pero eso es otra discusión. El motivo de esta entrada es resaltar que incluso las mejores mentes del planeta sucumben al canto de las sirenas del Estado.


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(1) "La ilusión de la medicina basada en la evidencia: exponiendo la crisis de credibilidad en la investigación clínica". Jon Jureidini y Leemon B. McHenry


(2) "How could we arrest scientific and industrial progress? By closing down, or by controlling, laboratories for research, by suppressing or controlling scientific periodicals and other means of discussion, by suppressing scientific congresses and conferences, by suppressing Universities and other schools, by suppressing books, the printing press, writing, and, in the end, speaking. All these things which indeed might be suppressed (or controlled) are social institutions. Language is a social institution without which scientific progress is unthinkable, since without it there can be neither science nor a growing and progressive tradition. Writing is a social institution, and so are the other organizations for printing and publishing and all the other institutional instruments of scientific method. Scientific method itself has social aspects. Science, and more especially scientific progress, are the results not of isolated efforts but of the free competition of thought. For science needs ever more competition between hypotheses and ever more rigorous tests. And the competing hypotheses need personal representation, as it were: they need advocates, they need a jury, and even a public. This personal representation must be institutionally organized if we wish to ensure that it works. And these institutions have to be paid for, and protected by law. Ultimately, progress depends very largely on political factors; on political institutions that safeguard the freedom of thought: on democracy”


(3) La serie completa de “Perspectives on the Pandemic" es interesantísima.


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